La protección de los ojos en la playa y piscina permite reducir los casos de conjuntivitis y queratitis que se multiplican en todo el mundo. Así lo entienden desde el Departamento de Oftalmología del Instituto Universitario Dexeus.
El equipo de profesionales que tiene como director médico al Dr. Carlos Verges, a continuación, busca concienciar sobre la importancia del cuidado de la salud visual en estos entornos. En los casos donde esta acción no sucede, las personas no solo se contagian de estas patologías oculares, sino que también pueden padecer otras enfermedades mucho más graves.
La excesiva exposición al sol en las playas provoca enfermedades oculares
No está mal disfrutar de la playa en pleno verano, pero hacerlo sin una debida protección del sol puede ocasionar dificultades en la visión, ya sea en niños o adultos mayores. Es que no solo se debe usar bloqueador solar para cuidar la piel, sino que también las familias tienen la obligación de incorporar el hábito de utilizar lentes con filtro UV.
Según especialistas, la excesiva exposición solar puede conducir a enfermedades en los ojos a corto, mediano o largo plazo. En este sentido, son los rayos ultravioletas los que generan problemas de manera directa o indirecta a través del reflejo de los rayos ultravioletas en la arena o el agua.
Si no existe una protección adecuada de los ojos en la playa y piscina, crecen las posibilidades de contraer conjuntivitis y queratitis actínica. Además de incorporar lentes con filtro UV, también se recomienda el uso de sombreros de ala ancha y evitar mirar directo al sol.
Recomendaciones para protegerse del cloro, un producto que causa afecciones oculares
Existen pocas actividades tan placenteras como disfrutar de una tarde de piscina en pleno verano. Pero lo que todo parece alegría, puede transformarse en preocupación cuando el cloro genera efectos adversos en la visión. Al ser un producto que sirve para mantener limpias las piscinas, no se puede eliminar, pero si es preciso señalar algunas recomendaciones de especialistas para lidiar con él.
En primera instancia, los expertos explican que nunca es recomendable frotarse los ojos de manera involuntaria, ya que de esta manera la sustancia se disemina por toda la estructura ocular causando más daño. También resulta de gran ayuda ejecutar una limpieza de ojos con agua fría durante al menos 15 minutos (se aconseja hacerlo en la ducha para que el agua caiga dentro del ojo mientras se efectúan movimientos oculares en diferentes direcciones). A su vez, las gotas conocidas como lágrimas artificiales constituyen otra alternativa recomendada para minimizar los problemas ocasionados por el cloro.
En definitiva, el rol de los profesionales que integran el Departamento de Oftalmología del Instituto Universitario Dexeus no solo consiste en abordar los problemas de visión ya consumados, sino también de evitar su aparición y de concienciar sobre la importancia de la protección de los ojos en la playa y piscina.