La evolución de la industria en los últimos años está siendo una de las claves para dar respuesta a las necesidades de un sector que, gracias a la tecnología, cada vez ofrece no solo mejor calidad y resultados para sus empresas sino también mayor fiabilidad para el consumidor final.
El hecho de que la maquinaria que hoy en día está dentro de las fábricas y almacenes aproveche los avances tecnológicos que se están dando en el campo de la automatización hacen que productos como los de https://www.es.endress.com/ sirvan para que nuestro país se encuentre en el camino correcto para estar a la vanguardia de lo que industria se refiere a nivel europeo.
Una de las claves de esto pasa, precisamente, por las garantías que ofrecen los detectores de nivel para garantizar la calidad del producto final cuando se habla de líquidos o granulados, por ejemplo.
Esto se debe a la estabilidad que proporciona al producto a través de las numerosas opciones de sensores que existen en el mercado para la medición de líquidos, sólidos y, también, pastas o gases licuados.
Todo ello se hace a través de la capacidad actual de realizar una medición de nivel continua y de densidad que, además de la de nivel, suma a la capacidad de producción la contabilidad en términos de distintos principios de medición, lo que garantiza también para el productor una información y flujo de datos constante en todo el proceso.
Con los nuevos niveles de instrumentación industrial todo el proceso está monitorizado, lo que permite que, a través de sensores de radar guiados, la medición de líquidos o sólidos granulados sea totalmente fiable.
No obstante, el mercado se ha visto últimamente revolucionado por opciones como los medidores ultrasonido o hidrostáticos que, a través de sus células, dan respuesta incluso en momentos de producción extrema.
Actualmente, para la industria farmacéutica es vital contar con este tipo de sistemas para garantizar el nivel y presión de los depósitos de almacenamiento de componentes de las fórmulas como el agua ultra pura, los biorreactores o incluso los depósitos de preparación de disolvente, entre otros.
Algo tan básico como el control de dichos flujos y su mantenimiento y medición exacta permite garantizar la calidad de las formulaciones, pero también de su producción, lo que garantiza que los productos finales que acaban envasándose cumplen con las rigurosas normativas a todos los niveles desde el primer momento y, cualquier alteración, queda registrada en tiempo real para analizarla y descartarla de ser necesario.
Sin duda, el reto para este próximo año pasa por la aplicación de la tecnología y robótica en el sector industrial para seguir fortaleciendo una industria que esté al nivel de competencia que requiere la Unión Europea y, que, en España, está a la altura de conseguirlo gracias a los esfuerzos de empresas dispuestas a dar el resto para conseguir mejorar no solo sus procesos sino sus garantías y calidad de productos finales.
Solo así se convertirá en referente de un continente que, cada vez más, busca autoabastecerse sin necesidad de poner la mirada en Asia.
