Con resaca emocional de lo vivido anoche, Peio Ascunce recuerda cómo «tuve que ir cinco veces a por 20 barras de pan, vacié todas las panaderías de los alrededores de Sarriguren». La razón fue el concierto solidario que El Drogas ofreció ayer en honor a nuestro pequeño vecino Aitor Aranguren Ruiz El Luchador, sobrino de Ascunce, que sufre daño cerebral a raíz de un atragantamiento hace cinco meses. Y es que alrededor de 2.000 personas se acercaron ayer a la plaza del Arrasate no solo para bailar y cantar alguna de las más de 25 canciones que Enrique Villareal, El Drogas, hizo sonar, sino para apoyar a Aitor y su familia, pasando por la barra instalada para la ocasión, cuyos beneficios irán íntegros a financiar la rehabilitación del pequeño.
Los cientos de personas ocuparon cada rincón de la plaza: hierba, columpios y toboganes, bancos, balcones y hasta algunos se subieron a los cubos del compostaje comunitario para no perderse ni un detalle. «Habíamos calculado 800 latas de cerveza, 400 de agua, 20 barras de pan y 20 txistorras… se acabó todo», comenta un emocionado Ascunce. Sorprendido por la enorme asistencia, cuenta cómo no solo acudieron al evento vecinos del Valle y de la Comarca de Pamplona, sino de otras partes del Estado: «Un chaval vino desde Alicante con su hija, que también tiene algún problema de salud». A él se suman otras ayudas que llegan desde todas partes. «Es una pasada, de verdad; cada día llegan entre 35-40 mensajes de apoyo y gente queriendo ayudar», subraya Peio, que repite, una y otra vez, «gracias a todos los que ayudaron y vinieron».
Echando la vista atrás, el tío de Aitor relata cómo hace unos días «mandé un mensaje al Drogas para que grabase un mensaje en vídeo en apoyo a mi sobrino. Dijo que sí, pero que, además, daría un concierto». Entonces, la mujer del músico, Mamen, «fue involucrando a varios colectivos de Ansoáin», explica Peio, quien asegura sentirse algo «avergonzado de se vuelquen tanto sin darles nada a cambio, de manera anónima y totalmente altruista. Quince personas que estuvieron al pie de cañón durante más de ocho horas».
Recalca también que todo esto ha sido posible gracias a la absoluta colaboración de todas las partes. «Todo lo que se vendió fue regalado. Hasta las barras que fui a comprar después; me preguntaban si eran para Aitor y no me dejaban pagar. Los demás productos, fueron conseguidos los voluntarios en diferentes supermercados», como en el Eroski de Mutilva o embutidos Larrasoaña; los comercios locales Arrasate y Tuplyn Coffee también pusieron su granito de arena.
Así, «en la página de Aitor vamos a ir contando sus avances, para que la gente sea partícipe de la historia en la que han y están colaborando». La web en cuestión es Aitor el Luchador, no dejes de sonreír, desde la que cualquier interesado puede donar un euro al mes para ayudar al pequeño sarrigundarra, hijo de María Jesús, madre soltera de tres niños y dificultades económicas. «Ella está muy contenta y esperanzada, porque Irati y Paola, que llevan la rehabilitación del niño, dicen que Aitor va muy bien». Un proceso que podría durar toda su vida.
«Esto es una carrera de fondo», concluye Peio. Para ayudar a Aitor también hay una cuenta en Caja Rural que acepta donaciones: ES36 3008 0089 6920 63225615
