El consejero de Cultura, Turismo, Deporte y Juventud, José Luis Pérez Pastor, acompañado por la coordinadora general de la Fundación San Millán de la Cogolla, Almudena Martínez, ha participado en la sesión ‘El Español como herramienta para la comunicación y divulgación de la ciencia’ y en su posterior mesa redonda, dentro del I Simposio de Comunicación Científica de la Sociedad de Investigadores Españoles en el Reino Unido (SRUK/CERU).
Después de presentar La Rioja, los monasterios de San Millán de la Cogolla y la labor investigadora de la Fundación y de Cilengua, durante su intervención, Pérez Pastor ha profundizado en la importancia de las glosas emilianenses en relación con el objetivo del simposio, la divulgación de la ciencia en español.
Pérez Pastor ha continuado su discurso subrayando que “el glosario recogido en el Códice 46 de la Real Academia de la Historia, es un claro ejemplo de ese esfuerzo divulgativo, fechado en el año 964. En él, el glosador, que habla y piensa ya en español, usa según los cánones la lengua de la ciencia, entonces el latín, para expresar sus definiciones y conceptos como cyrogillo, sandalia, bobulu, etc. Es un latín macarrónico, muy próximo ya al romance, que demuestra el estado de la lengua”.
Según ha continuado el consejero, “el futuro de la ciencia está en el diálogo entre científicos y humanistas. De esta forma, a la investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) hay que sumarle otra D, la de la divulgación, con todo el rigor científico, en español”, y ha concluido que “el mundo necesita unas glosas, una adaptación de los conocimientos para que llegue a todo el mundo”.
La biblioteca emilianense y plataformas como Dialnet tienen en común el mismo objetivo que el simposio celebrado en Manchester, donde culturas y ámbitos de investigación se dan la mano. “El Dr. Snow habló ya en 1959 de «las dos culturas», ciencias y letras, muchas veces enfrentadas. Ya en 1995, el Dr. Brockman habló de «la tercera cultura», nutrirnos los unos y los otros para enriquecernos todos. El concepto STEM se convierte así en STEAM. Con el mismo enfoque, el profesor D. Ángel Martín Municio, bioquímico y académico y recientemente homenajeado en la RAE, defendía hace ya décadas «la conexión de las ciencias y las artes, de forma que la cultura resultante contribuirá a resolver alguno, o muchos, problemas de ambos, e intentar conciliar así al hombre con la cultura global».
A lo largo de su exposición, Pérez Pastor ha defendido que “la ciencia puede tener un idioma de uso común y generalizado como el inglés, pero debe poder expresarse en otros idiomas con total regularidad, no sólo en la divulgación básica sino en toda la extensión necesaria para poder compartir el estado actual de las diferentes cuestiones con una ciudadanía que debe poder acceder a la cultura, a la ciencia, entendidas ambas como la ‘summa’ del progreso y del conocimiento humanos”.
En ese sentido, ha continuado, “el castellano o español, dada su gran importancia global, por su extensión geográfica y su número de hablantes, es un ámbito de expresión ineludible para la expresión de la ciencia. Todo el mundo merece tener acceso en los diferentes niveles, y nuestra lengua debe tener voces para defender dichos conceptos. Así, podremos combatir pseudociencias y bulos tan habituales en nuestra sociedad”.
Dentro de la sesión, también ha reclamado que “no puede ser que no tengamos conceptos en nuestra lengua para hacer ciencia. No podemos decir eso porque el español es la lengua más flexible del mundo. Lo primero, hay que traducirlo todo. En estos momentos, nos vale también para enseñar a la Inteligencia Artificial”. Y ha destacado que “hay que dejar clara una cosa: no hacemos ciencia en inglés. Hacemos ciencia y después la expresamos en inglés, en castellano, en la lengua que sea”.
Dentro de sus argumentaciones, Pérez Pastor ha aludido a “que haya más palabras para referirnos a algo, lo que indica en la familiaridad con ese ámbito. Pero el pensamiento es anterior al lenguaje. Haría un inciso, puesto que no me gusta decir que se hace ciencia, la ciencia se destila. Pero sí que conviene discernir esos conceptos. Haces ciencia, la expresas en la lengua que quieras y, en breve, con la ayuda de la inteligencia artificial, tendrás mucha ayuda para expresarla en otras lenguas y divulgarla”. Para finalizar su exposición, ha afirmado que “hay una base grecolatina en la que podemos volvernos a encontrar. A los que dicen que hacen ciencia en inglés, quizás haya que recordarles ese origen de los términos científicos, incluso de nuestra propia sociedad, en el sustrato griego y latino”.