Este domingo, 9 de febrero, Navarra ha acogido concentraciones simultáneas en Pamplona, Tudela, Estella y Sangüesa para conmemorar los diez años de la declaración del Parlamento de Navarra que condenó la «limpieza nacional, los crímenes contra la humanidad y actos de genocidio cometidos por la izquierda abertzale y su brazo armado, ETA». Asimismo, se ha recordado la instauración del «Día en memoria de los desplazados forzosos por ETA y de todas sus víctimas de crímenes contra la humanidad».
Las concentraciones han sido convocadas por la Asociación Navarra de Víctimas del Terrorismo de ETA (ANVITE), la Fundación Tomás Caballero, Vecinos de Paz, Sociedad Civil Navarra, la Asociación Cultural Pompaelo, Doble 12, Libertad Ya, Recuperar Navarra y la Asociación por la Tolerancia. Estas entidades han hecho un llamamiento a la ciudadanía para reunirse en los monumentos dedicados a las víctimas de ETA en las principales localidades navarras.
En Pamplona, el acto ha tenido lugar en la plaza de la Constitución (antigua plaza del Baluarte), mientras que en Tudela se ha celebrado en el Paseo del Queiles. En Estella, el homenaje se ha realizado en la calle Doctor Huarte de San Juan, y en Sangüesa, en la plaza de Santo Domingo.
Las asociaciones convocantes han subrayado la importancia de estos actos como un «compromiso para no olvidar ni blanquear lo ocurrido». Durante las concentraciones, los organizadores han recordado que ETA asesinó en Navarra a 42 personas, de las cuales 27 fueron en Pamplona y otras 15 en el resto de la comunidad. Además, han denunciado el exilio forzoso que sufrieron numerosas familias y la persistencia del dolor entre las víctimas.
El próximo martes, 11 de febrero, el Parlamento de Navarra acogerá un acto conmemorativo y una sesión de trabajo con representantes políticos para analizar la evolución de la convivencia desde la declaración institucional de 2015. En este contexto, las asociaciones han insistido en la necesidad de mantener viva la memoria de las víctimas y han llamado a la sociedad a «no olvidar ni legitimar la violencia».
«Estamos dando carta de naturaleza a quien no condena la violencia, tratando como igual a quien promueve el ensalzamiento a los asesinos y los recluta sin pudor para sus filas. Estamos poniéndoles en bandeja el acceso a las instituciones sin ni siquiera dar los primeros pasos de ese tan manido "recorrido ético" a realizar. Y mientras tanto se miran con lupa los ya de por sí mermados derechos de las víctimas en nuestro justo afán por penalizar los actos que supongan su menosprecio y humillación, convirtiendo nuestro dolor en un mercado negro», han advertido los organizadores.
«El terror se encuentra más cerca que nunca de haber resultado rentable. Parafraseando a Gregorio Ordóñez, corremos el riesgo de validar que haya sido más rentable comprarse una escopeta y luego dejar de usarla, que ir a votar», han concluido.
Los asistentes han cerrado los actos con el lema «Verdad, memoria, dignidad y justicia», reivindicando el papel de la memoria como herramienta fundamental para evitar que la violencia vuelva a repetirse.
