El sector hotelero de Navarra ha alzado la voz ante la inminente entrada en vigor del Real Decreto 933/2021, que exige un nuevo registro de datos de los viajeros. La Asociación de Hostelería y Turismo de Navarra (AEHN) se ha sumado a la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT) para pedir urgentemente la revisión y ajuste de esta normativa, que consideran inviable tal y como está planteada.
La preocupación principal de los hosteleros radica en la falta de claridad sobre qué datos deben recoger y cómo enviarlos. Hasta el momento, no se ha desarrollado la normativa específica que debería detallar estos aspectos, lo que ha generado una gran confusión entre los diferentes subsectores del turismo. Los hosteleros denuncian que algunos de los datos exigidos, como el número de tarjeta de crédito o la forma de pago, no figuran en documentos oficiales como el DNI o el pasaporte, lo que imposibilita su automatización. Esto supondría un proceso manual tedioso que aumentaría los errores y la carga administrativa de los establecimientos.
El sector ha hecho llegar su malestar a los Ministerios de Turismo e Interior, así como a la Dirección General de la Policía y la Guardia Civil, destacando las dificultades que enfrentan para cumplir con la normativa sin las herramientas tecnológicas necesarias. Las asociaciones de hostelería subrayan que esta normativa colocaría a las empresas españolas en desventaja competitiva frente a otros países de la Unión Europea, cuyas normativas no imponen requisitos tan estrictos ni tan difíciles de cumplir.
Además, el sector turístico navarro, en línea con sus homólogos en toda España, advierte que las pequeñas y medianas empresas (pymes) serán las más afectadas. Implementar estas nuevas obligaciones supone una carga administrativa y económica desproporcionada para estas empresas, que constituyen el 95% del tejido empresarial turístico en España.
Ante la falta de una solución, la AEHN y la CEHAT continúan exigiendo una revisión de la normativa que contemple un periodo más amplio de adaptación tecnológica y una mayor flexibilidad en la recolección de datos. Sin estos cambios, el sector teme que la nueva regulación, lejos de mejorar los controles, genere caos y sanciones innecesarias.