El Pleno del Parlamento ha rechazado hoy, con los votos en contra de PSN, EH Bildu, Geroa Bai y Contigo-Zurekin y los votos a favor de UPN, PPN y Vox, una moción para comprometer a la Cámara a “salvaguardar la libertad de prensa en nuestra Comunidad” e instar al Gobierno de Navarra a “no interferir en el trabajo periodístico”.
La moción desestimada incluía un segundo punto en el que, a su vez, el Legislativo Foral “instaba a todas las instituciones, tanto de Navarra como de España, a cesar en su intento de censura a determinados medios de comunicación”.
Del mismo modo, ya en un tercer apartado, el Parlamento de Navarra “emplazaba al Gobierno de España a dejar de señalar de forma pública a periodistas y medios de comunicación”.
Por último, la institución representativa exhortaba “al Ejecutivo central y a los representantes públicos a no difundir bulos ni fake news, para no alimentar la desinformación en la sociedad navarra y española”.
El grupo parlamentario del PSN ha presentado una enmienda de sustitución, no aceptada por el PPN, titular de la iniciativa, para que el Parlamento de Navarra condenase “rotundamente los ataques y amenazas que los profesionales y los medios de comunicación están sufriendo en el ejercicio de su profesión, lo que supone una clara amenaza a la libertad de prensa y a la libertad de expresión, garantizados en la Constitución”.
En esa línea se proponía que la Cámara recordase que “la labor de los medios de comunicación y de los profesionales de la información es esencial en una democracia, ayudando a conformar una opinión pública libre y a garantizar el pluralismo político, puesto que la ciudadanía tiene derecho a recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión, como exige el artículo 20 de nuestra Constitución”.
En la exposición de motivos, la moción impulsada por el G.P. PPN ponderaba el “rol crucial” que, siempre que operen respaldados por un “riguroso compromiso con la verdad y la objetividad”, desempeña la prensa libre en el seno de cualquier democracia y apercibía sobre los signos de “totalitarismo” que se observan entre aquellos que detentan el poder y, en concreto, en el Presidente del Gobierno de España, al que se acusaba de “amordazar a los medios de comunicación que no se alinean con su agenda política”.
En ese marco, el proponente defendía “la pluralidad, el debate y la confrontación de ideas” que, a fin de “controlar las acciones del Ejecutivo en beneficio del pueblo”, caracterizan el quehacer del “cuarto poder”, cuya “independencia” llamab a preservar, de conformidad con las directrices de los colegios profesionales y los pronunciamientos de los organismos internacionales.