El director general de Cultura-Institución Príncipe de Viana, Ignacio Apezteguía, ha visitado hoy en Estella-Lizarra las obras de restauración de la portada y fachada de la iglesia del Santo Sepulcro, que, con un presupuesto de 430.457,21 euros, IVA excluido, está previsto que finalicen en junio de este mismo año.
En la visita han participado, también, la alcaldesa de Estella, Marta Ruiz de Alda, y el ecónomo diocesano del Arzobispado, Jorge Irurzun, junto con personal técnico del Servicio de Patrimonio Histórico del Gobierno de Navarra.
La obra, que se inició en octubre de 2024, se licitó en septiembre del mismo año y se adjudicó a Construcciones Leache. Esta intervención da inicio al Plan General de Actuación Jacobeo 27, que, desarrollado gracias a un convenio firmado entre la Dirección General de Cultura y el Arzobispado de Pamplona y Tudela, prevé restaurar entre los años 2024 y 2026 tres monumentos claves situados en el Camino de Santiago Francés: el Santo Sepulcro en Estella, Santa María de Viana y San Salvador de Sangüesa. El presupuesto total de las obras es de cuatro millones de euros, que será asumido a partes iguales por ambas instituciones.
Un largo recorrido hasta la restauración
El proyecto para la rehabilitación de la portada y fachada del Santo Sepulcro arranca en el año 2015, momento en el que el Servicio de Patrimonio Histórico encargó varios estudios para conocer las patologías que afectaban a la portada de la iglesia, de cara a elaborar un proyecto de restauración.
El objetivo de la intervención en la portada norte es garantizar la conservación de este elemento del monumento, una vez recuperados los ábsides, y potenciar un mejor conocimiento y valoración mediante la realización de los tratamientos precisos para alcanzar dicha meta. La intervención está centrada en el cuerpo exterior de la portada y su destacada escultura monumental, que se extiende a ambos lados, por la fachada norte.
Desde agosto del año pasado Construcciones Leache está realizando la intervención con su equipo de especialistas en patrimonio. Los trabajos en los paramentos han incluido el cajeo de sillares arenizados y excesivamente erosionados para su posterior sustitución por piedra caliza similar a la original, la eliminación de rejuntados de mortero de cemento tipo Portland, que es perjudicial para la piedra, para su sustitución por mortero de cal; la limpieza de la costra negra que afea y daña la fábrica de sillar de piedra mediante proyección de árido; la recuperación de las dimensiones originales de los arcosolios; las reconstrucciones con piedra artificial de elementos arquitectónicos dañados; el rejuntado final de toda la fábrica con mortero de cal y además la sustitución de los sillares de escalinata de acceso por nuevas gradas de piedra caliza que permitan acceder con seguridad, así como la reconstrucción de los soportes para las esculturas que flanquean la portada. Una labor en la que se está trabajando en estas últimas semanas es la reparación de elementos pétreos de la parte inferior del monumento, muy dañados por los efectos de las humedades, añadidos de cemento y reparaciones poco ortodoxas.
El trabajo realizado hasta ahora en la escultura monumental ha incluido la eliminación de agentes causantes del biodeterioro, la fijación de capas superficiales, la adhesión y cosido de fragmentos, el tratamiento de morteros de junta, relleno de fisuras y grietas, la consolidación, reintegraciones y sustituciones cuando la piedra ha perdido su capacidad estructural, y la limpieza de la superficie pétrea además de la puerta de madera. A la vez, en las partes superiores, un equipo de restauradoras trabaja en la limpieza mediante láser y microabrasión, reintegración y protección de elementos policromados, que es la parte más delicada y comprometida de la intervención. Como tantos otros ejemplos en Navarra esta es una de las portadas que aún conservan restos de la rica policromía que lucieron en su día. Destacan las alas del ángel de la resurrección, los tonos rojos en la vuelta de los mantos de los diferentes personajes, los finos trazos de cejas y ojos, las barbas rubias y rojizas de los asistentes a la Ultima Cena, inscripciones en grafía propia del siglo XIV y detalles de gran riqueza en los capiteles.
Por último, está prevista la instalación de la iluminación monumental de la portada, que junto con el compromiso del Ayuntamiento de realizar una mejora de la urbanización de la zona de descanso que se encuentra entre la iglesia y el río, ayude a disfrutar de esta área de descanso de Estella.
La gran fachada gótica
La iglesia del Santo Sepulcro, declarada Bien de Interés Cultural, se sitúa en el casco histórico de Estella y se alinea junto al río con el trazado del Camino de Santiago a su paso por la localidad, en el extremo oriental de la Rúa de los Peregrinos, que atravesaba de este a oeste el burgo de San Martín. Esta estratégica situación determinó su evolución constructiva, muy compleja, reforzando el desarrollo decorativo de su fachada septentrional abierta a la Rúa. El máximo atractivo artístico de la iglesia se encuentra en la portada norte, que recibe a los peregrinos que entran en Estella con uno de los despliegues escultóricos más interesantes del gótico navarro.
Abierta al camino de peregrinación, la portada se articula en un gran arco apuntado y abocinado en doce arquivoltas lisas, que descansan en otros tantos baquetones apoyados sobre plintos poligonales. En este esquema longitudinal, los capiteles presentan motivos vegetales de flora muy carnosa y tupida en la que se intercalan figurillas humanas y animales, en un recuerdo de la talla de los capiteles del ala este del claustro de la catedral de Pamplona.
Lo más destacado de la fachada son las arquerías que acogen las 12 figuras de gran tamaño de un elegante apostolado, además de la portada en sí, que bajo arquivoltas con ángeles con instrumentos del martirio en las claves cobija un tímpano con escenas de la Pasión, en las que destaca el Calvario sobre una extensa representación de la Ultima Cena. En el lado derecho de la fachada se sitúa un gran arcosolio gótico con decoración, coronado por una estatuilla de San Juan Bautista, y el lado izquierdo de la gran fachada aloja tres arcosolios más pequeños.
La primera cita documental de la iglesia data de 1135. A partir de entonces figura junto a las otras iglesias de la ciudad en los pleitos y reivindicaciones entre el obispado de Pamplona y San Juan de la Peña. La historia constructiva de la iglesia ilustra las peripecias vividas por el edificio que, a causa de la carencia de recursos económicos de la propia parroquia, quedó finalmente sin terminar hacia el lado sur, ya contra el terreno. Su magnífica portada gótica asentó los elementos que sucesivas construcciones habían colocado tras ella y los hizo llegar hasta la actualidad.