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Advierten sobre un previsible "aluvión" de demandas de compañías de luz y gas a consumidores navarros

La mayoría de estas demandas son procesos monitorios, lo que significa que el consumidor tiene solo veinte días hábiles para oponerse

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  • Se recomienda encarecidamente a los consumidores que reciban una demanda buscar asesoramiento inmediato

La Asociación de Consumidores de Navarra, Irache, ha alertado en los últimos meses sobre un creciente número de demandas presentadas por compañías de luz y gas contra consumidores, reclamando supuestas deudas pendientes. Estas demandas, que a menudo ascienden a cientos de euros e incluso superan los mil, se refieren a cargos presuntamente no pagados por el consumidor años atrás.

La mayoría de estas demandas son procesos monitorios, lo que significa que el consumidor tiene solo veinte días hábiles para oponerse. Si no se presenta una oposición dentro de este plazo, el juzgado considerará la deuda como firme y podrá iniciar un proceso de ejecución forzosa. En cambio, si el consumidor se opone, la empresa demandante tendrá diez días para impugnar y solicitar la celebración de una vista, donde se decidirá la validez de la reclamación.

El principal problema que Irache ha identificado es la falta de agilidad de los consumidores para responder a estas demandas dentro del plazo estipulado, lo que resulta en la pérdida automática de la cantidad reclamada sin posibilidad de defensa. En algunos casos, los afectados han acudido a Irache para recibir ayuda con el escrito de oposición, evitando así el pago de deudas no justificadas.

Las compañías de luz y gas a menudo utilizan diversas estrategias para cobrar estas deudas. Inicialmente, recurren a reclamaciones por escrito o llamadas telefónicas, y en ocasiones contratan a empresas especializadas en cobros. Si no logran el pago, amenazan con incluir al consumidor en ficheros de morosos, lo cual puede resultar en una presión adicional. Sin embargo, en casos donde la deuda no está justificada, ya hay sentencias que han establecido indemnizaciones a favor de los afectados.

Irache también ha señalado que algunas compañías están cediendo sus deudas a otras entidades, quienes luego inician las demandas, aunque no fueron ellas las que ofrecieron el servicio originalmente. Esto añade confusión y dificulta a los consumidores entender el origen de la supuesta deuda.

El motivo de estas deudas varía: desde subidas de precios no comunicadas adecuadamente al renovar contratos, hasta lecturas erróneas de consumo. Algunos consumidores han sido dados de alta por empresas sin el debido consentimiento y, años después, se les exige el pago por servicios no acordados correctamente.

Irache recomienda encarecidamente a los consumidores que reciban una demanda buscar asesoramiento inmediato para no superar los plazos de respuesta y evitar pagar deudas injustificadas. La asociación sigue trabajando para proteger los derechos de los consumidores y proporcionar el apoyo necesario en estos casos complejos.

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