Desde que fueron creadas, las bombillas eléctricas se han popularizado a tal punto que son un elemento esencial en nuestra normalidad. No en vano, la reconocida revista Life las elevó como el 2 invento más útil en su ranking del siglo XIX. Y resulta lógico, pues es casi imposible concebir un espacio interior iluminado sin el uso de estos dispositivos. Tras su invención hasta la actualidad, científicos e inventores se han encargado de desarrollar sistemas que permitieron crear los diferentes tipos de lámparas que hoy conocemos. Algunos de estos han caído en desuso, o simplemente eran mecanismos primitivos que nunca tuvieron un fin domiciliar como las famosas lámparas de plasma.
A continuación veremos en detalle las categorías más conocidas y más utilizadas en cuanto a luces eléctricas se refiere, y cómo elegir de acuerdo a los espacios en los que las utilizarás.
- Lámparas incandescentes.
Famosas porque son los bulbos de toda la vida, los focos amarillos que emiten un calor intenso. Son el tipo de tecnología lumínica más antigua y menos eficientes. Estos bombillos logran reducir luz, porque su mecanismo calienta un filamento interno generando una luz cálida. Ahí radica su desventaja: mucha energía se libera en forma de calor y no precisamente da luz. Tienen un costo bajo que contrasta con una corta vida útil. Su temperatura de color suele estar cerca de los 3000 Kelvin, haciéndolas muy amarillentas.
2. Lámparas LED.
Desde que aparecieron los diodos emisores de luz (Light-Emitting Diode, LED en inglés), se han convertido en la mejor alternativa en cuanto a consumo y rendimiento. Su funcionamiento se basa en un mecanismo en el que las dos partes que conforman este diodo, emiten luz cuando pasa corriente eléctrica en un mismo sentido. Las bombillas LED E27, conocidas como las bombillas de «rosca gorda”, tienen una vida útil 50 veces mayor a las lámparas incandescentes (cerca de 50,000 horas). Consumen poco en comparación a los otros tipos de luz y emiten poco calor. Pueden conseguirse en diferentes colores, desde ambientes cálidos hasta blancos muy puros.
3. Lámparas fluorescentes
A través de la combinación de gases y sales encapsulados en un tubo que al entrar en contacto con la electricidad producen luz, las bombillas fluorescentes son una tecnología bastante eficiente en iluminación. Consumen menos energía que una lámpara incandescente, pero más que las LED. Su vida útil es 6 o 20 veces mayor al de una bombilla incandescente, pero 80% más ahorrativa. Emiten luz blanca, muy cercana a los 5200k. Sin embargo, requieren unos cuantos segundos para que enciendan totalmente.
¿Cómo utilizarlas y elegirlas? Acá algunos consejos
- Primero analiza bien el ambiente a iluminar. Así podrás encontrar una solución que te permita iluminar y decorar a la vez.
- Distingue si elegirás una iluminación directa o indirecta del espacio.
- Por regla general, se recomienda que en lugares que requieran luz por mucho tiempo te decantes por tubos fluorescentes.
- Para generar ambientes, los LED son ideales puesto que la tendencia se dirige a la posibilidad de regular intensidad, e incluso, el color mismo de estas bombillas.







