El Programa de Apoyo al Acogimiento Familiar de Álava (PAAFA) cumple este año su décimo aniversario de andadura como servicio integral, con la celebración esta mañana de una jornada de carácter técnico en la que se ha abordado la trayectoria de este servicio y sus retos de futuro. Las personas menores de edad que se encuentran en una situación de desprotección grave es un colectivo prioritario en las políticas de cuidados de la Diputación Foral de Álava
El acogimiento familiar es una medida de protección a la infancia que tiene como objetivo la plena integración y participación de la niña, niño o adolescente en un entorno estable hasta que pueda retornar con su familia de origen. Se trata de un recurso que busca que las personas menores vivan en una familia que responda a sus necesidades físicas, emocionales, cognitivas y sociales, y que las ayude, de manera eficaz y beneficiosa, a superar las situaciones graves de abandono, negligencia, riesgo o maltrato. Todos los perfiles y modelos de familias pueden acoger: familias, parejas y personas solas, con o sin descendencia. Con el fin de garantizar el interés superior de la persona menor de edad, se trata de la medida de protección idónea y prioritaria frente al acogimiento residencial.
Aunque la figura del acogimiento familiar ya existía, hace una década la Diputación Foral de Álava decidió centralizar varios servicios que hasta ese momento estaban dispersos y crear un programa de atención integral al acogimiento familiar, en el que se contemplan todas las necesidades tanto de la persona menor de edad, como de su familia de acogida y también de su familia biológica.
Durante estos diez años de existencia, 218 niñas, niños y adolescentes han formado parte de este programa, acogidos en 220 familias. En la actualidad, un centenar de personas menores en situación de desprotección grave están en acogimiento familiar, viviendo en 95 familias de acogida.
La creación del programa PAAFA ha conllevado un progresivo incremento presupuestario por parte de la Diputación Foral de Álava, del número de profesionales y de apoyos educativos, con el objetivo de mejorar la calidad del acogimiento. En estos años se ha experimentado cambios en los perfiles de las y los menores y las familias: hay nuevos modelos de familias y más diversidad, mayor número de núcleos familiares acogedores con hijos e hijas propios, menor tendencia a separar a grupos de hermanos/as, y más presencia de tíos y tías de familias extensas que acogen por encima de abuelos y abuelas.
Todos estos aspectos se han abordado en la jornada de este viernes, en la que se ha realizado un recorrido histórico del programa, además de una mesa redonda sobre los retos de futuro del acogimiento, a cargo de familias y la asociación Besarka. Entre estos desafíos destacan la necesidad de aumentar el número de familias acogedoras que integran las bolsas, y activar otras modalidades de acogimiento como las familias de respiro.
La sesión ha contado con una ponencia a cargo de Iñigo Martínez de Mandojana, Psicopedagogo, educador social, formador y autor del libro ‘Profesionales portadores de oxitocina: los buenos tratos profesionales’, ha abordado la parentalidad terapéutica durante su charla.