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Asumiendo responsabilidades

Respuesta de los concejales de I-E al artículo de opinión remitido ayer por el PSN de Egüés ASUMIENDO RECTIFICACIONES El grupo municipal de Izquierda-Ezkerra, ante el artículo de opinión de los concejales de PSN, a […]

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Respuesta de los concejales de I-E al artículo de opinión remitido ayer por el PSN de Egüés

ASUMIENDO RECTIFICACIONES

El grupo municipal de Izquierda-Ezkerra, ante el artículo de opinión de los concejales de PSN, a su vez, en respuesta a un artículo de opinión que emitimos en el mes de julio ( http://sarrigurenweb.com/articulo-de-opinion-de-izquierda-ezkerra-de-egues-en-relacion-los-ultimos-acontecimientos-en-este-municipio/ ) quiere manifestar lo siguiente:

En referencia  a la publicación de PSN, no vamos a entrar a valorar opiniones y valoraciones que hacen sobre nuestros concejales, y retados a rectificar sobre, lo que denominan nuestras mentiras, queremos empezar haciendo, tal y como nos solicitan un corrección a una afirmación que hacíamos en el referido artículo.

Efectivamente, debemos ser honestos y fieles a la verdad, y en el relato que hacemos del momento que llevó desde el descubrimiento del ordenador de Andacelay hasta la denuncia pública que se hizo de su contenido, hemos establecido un orden de la cuestión incorrecta y que debemos corregir públicamente.

Como citan nuestros compañeros de PSN, en el artículo decíamos literalmente lo siguiente:

“Carolina Potau al dimitir dejó en su despacho un ordenador de la sociedad (público) en el que llevaba a cabo la contabilidad de la sociedad (pública), y al acceder a él, el nuevo consejero delegado (el actual alcalde) se encuentra con un borrado absoluto de su disco duro. Tras consultar al resto de nuevos consejeros (concejales de todos los partidos excepto UPN), se decide recuperar la información con un programa de recuperación de datos. Lo que se descubre es que no sólo llevaba la contabilidad de la sociedad, sino también la de una empresa del entramado empresarial denunciado por Comptos y obviamente, otro tipo de información que no es relevante, además de mucha documentación de la sociedad pública”.

Es cierto, y como citan en PSN, que fue el actual alcalde quien primero, nos informó que existía ese ordenador en el despacho de la hacía meses dimitida Carolina Potau, que era propiedad de la sociedad pública Andacelay, y que tenía el acceso restringido con contraseña. Con la ayuda de un informático comprobó que se había hecho un borrado completo de su disco duro (información de la sociedad pública incluída) e hizo una recuperación de su contenido. Tras ello, nos informó a los consejeros, se acordó llevar el contenido al Juzgado de Aoiz y se hizo una rueda de prensa denunciado el contenido y el borrado del mismo. Posteriormente, UPN denunció la recuperación de esa información.

Hacemos esta rectificación pues consideramos que el relato no era correcto y es oportuno dejar claro como ocurrió, más si ha sido motivo de malestar para PSN, que considera una cuestión clave en su posicionamiento. De ahí a hablar de manipulación, difamación y mentiras creemos que hay un exceso verbal. El artículo no era un ridiculización de su planteamiento (como citan), sino una crítica (y entendemos que dura) al fondo de la cuestión (del que luego hablaremos de nuevo); tampoco les acusamos de (tal y como entrecomillan) no “machacar” políticamente a concejales de UPN, ni de ser cobardes (en ningún momento en nuestra intervención en Pleno o en nuestro posterior artículo decimos tales cosas, por lo que nos gustaría también que fueran matizadas esas cuestiones).

Mantenemos eso sí el fondo de la cuestión de nuestro artículo, en el cual, ante esa recuperación de la información borrada del ordenador de Andacelay, entendemos que lo grave es que una exconcejala tomara un ordenador público con información de interés público de una sociedad que ha movido millones de euros y lo borrara una vez dimitida; lo grave es que según esa recuperación lo hiciera varios meses después de dimitir; lo grave es que para ello, o bien alguien del ayuntamiento le facilitó el ordenador, lo hiciera por ella, o alguien le dio acceso a él ya que el acceso a esa sala estaba restringido al equipo de gobierno de UPN; lo grave es que no podamos comprobar en fecha y hora exacta a través de las cámaras de seguridad del Ayuntamiento quien accedió en ese momento a la sala ya que fueron borradas; lo grave es que esa información delate que compatibilizaba actividades con una empresa a la que se adjudicaban trabajos de manera irregular (y que está denunciado en el Juzgado, obviamente).

Concluíamos en su día, y volvemos a concluir, que quizás la acción de recuperar la información del ordenador pueda tener consecuencias ya que estas cuestiones de la privacidad son muy garantistas, pero también que nos parece una decisión necesaria ya que la información recuperada no era privada en lo referido a la sociedad pública y nos parece una desfachatez el borrado para no dejar huella de los muchos posibles delitos que la Cámara de Comptos ya se ha pronunciado que tienen muchos visos de existir.

Álvaro Carasa y Eva González

Concejales de Izquierda-Ezkerra

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