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Ana María García gana el XIX Concurso de Pintura Rápida de Sigüenza

  Para la pintora abulense han sido los 1.400 euros con los que estaba dotado el primer premio. El segundo -700 euros- ha sido para el artista conquense Angel Pedroche   Día gris, de cielos […]

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Para la pintora abulense han sido los 1.400 euros con los que estaba dotado el primer premio. El segundo -700 euros- ha sido para el artista conquense Angel Pedroche

 

Día gris, de cielos plomizos, el que hizo ayer en la Ciudad del Doncel. Estuvo más cercano al invierno por venir en lo meteorológico, que al otoño templado de este mismo viernes. A ratos, se escapaba alguna gota de agua, que mojaba el suelo, sin llegar a empaparlo. Sin embargo, fueron 34 los pintores que, a las nueve y media de la mañana, habían sellado su lienzo blanco para participar en el XIX Concurso de Pintura Rápida de Sigüenza y reflejar, también desde la pintura, lo bonito que es el municipio. A partir de las cinco de la tarde, y como la amenaza de lluvia seguía en pie, se optó por exponer los cuadros en las galerías de la Casa Consistorial, y no en la Plaza Mayor, como estaba previsto inicialmente. La colección de cuadros de esta edición fue sobresaliente.

El jurado lo presidió la teniente alcalde del Ayuntamiento de Sigüenza, Eva Plaza. El pintor local, Emilio Fernández Galiano ejerció la portavocía técnica. El primer premio, dotado con 1.400 euros (Ayuntamiento de Sigüenza) fue para la pintora Ana María García. La artista abulense buscó un lugar emblemático, y, al mismo tiempo, un lugar donde pintarlo a cubierto de la posible lluvia. Encontró ambas cosas en la Puerta del Hierro pero, cuando se aprestaba a pintar el arco, se enamoró de otro rincón, una fachada anónima, “que me llegó enseguida”, decía. Las motas de color de las macetas en sus alféizares y las persianas verdes, hicieron que se decidiera por el lugar. Como destacaba Fernández-Galiano, “Ana María García ha sabido percibir y reflejar la belleza de un lugar donde aparentemente no la había”. A la artista le costó sacar el cuadro. “No me cundía, por el frío. Y, además, había gente tan buena, que no me esperaba ganar”, decía. La de ayer fue su segunda visita a la ciudad, y su primera participación en el concurso doncelino.

El segundo premio, dotado con 700 euros (Ayuntamiento de Sigüenza), lo obtuvo un pintor conquense, Angel Pedroche. Tal y como pedían las bases del Concurso, arriesgó buscando la originalidad con una perspectiva del rosetón de la Fortis Seguntina. “He elegido una composición distinta, reflejando en el cuadro la luz de la Catedral, desde su interior y desde el exterior”, decía. Pintó el cuadro con una mezcla de técnicas, fundamentalmente con pintura acrílica, sobre la que Pedroche aplicó distintas rejillas para conseguir efectos sorprendentes. Modesto, el subcampeón reconocía que “no tengo técnica pictórica suficiente como para competir con los maestros de la pintura rápida que había hoy en Sigüenza, así que mi oportunidad era la de hacer algo diferente”. Lo suyo de ayer fue inspiración “divina”. El viernes, “ni siquiera sabía que había concurso en Sigüenza; me lo dijo un compañero”.

El tercer premio, de 500 euros (Pedro Moreno e Hijos), fue para Francisco Pérez, y los tres cuartos, todos ellos de 300 euros, fueron, respectivamente, para José López -patrocinado por el Molino de Alcuneza-; para Antonio Darías -patrocinado por Mariano Hervás SA-; y para Francisco Segovia -patrocinado por Font-Vella-. Además de Plaza y Fernández-Galiano, formaron parte del jurado Pilar Martínez Taboada, cronista oficial de la ciudad; y los pintores y pintoras seguntinos Mariano de la Concepción, Rosa Alonso, y María de la Concepción Ortiz.

De forma previa del fallo del premio, la concejala de Cultura y secretaria del jurado, Sonsoles Arcones, dio las gracias a los patrocinadores y a los artistas que participaron, teniendo en cuenta la climatología; y destacó la calidad de las obras presentadas a concurso. Por su parte, Eva Plaza coincidió en subrayar la valía artística de los cuadros de esta edición, circunstancia que dificultó la decisión final del jurado, y también destacó que “Sigüenza no se entiende sin la pintura”, puesto que desde hace décadas, y corporación tras corporación, el Ayuntamiento ha apoyado premios como este Concurso de Pintura Rápida o el premio Fermín Santos. VER EVA PLAZA

El portavoz del jurado, Emilio Fernández-Galiano, señaló el esfuerzo económico y organizativo que lleva a cabo el Ayuntamiento apoyando el arte, volvió a pedir públicamente una ley de mecenazgo que haga más sencilla la adquisición de arte por parte de cualquier público, y desveló que la decisión del jurado fue tremendamente ajustada, y basada, debido al nivel del Concurso, en pequeños detalles, algo que obligó, en su vertiente negativa, a que “se hayan quedado sin premio grandísimas obras”.

Un día de pintura
Juan José Vicente es un clásico del concurso que no faltó a su cita con Sigüenza ayer. Le fascina la estética del Parque de La Alameda, que ya había pintado en alguna ocasión anterior. En esta edición, unos tímidos rayos de sol, que osaron aparecer entre las nubes, inspiraron su trabajo. Cuando sucedió, apenas le dio tiempo a dibujar con tiza las sombras que los plataneros dibujaban sobre el suelo de tierra y sobre el banco, que eligió como elemento protagonista.

A Pilar Navamuel le impresionó la Catedral. Para pintarla, encontró un rincón resguardado, a las puertas del Museo Diocesano. Eligió una perspectiva diferente para reflejarla. Patricia Jimenez, pintora de Tres Cantos, también había elegido la Catedral como elemento central de su obra para, utilizando diferentes técnicas, encajarla en un torso, creando así una escena compleja y visualmente atractiva.

Felipa Fernández, pintora de Sabadell, que acumula varias participaciones en el Concurso doncelino, se decantó por una vista parcial de Sigüenza, desde la carretera de Alcuneza, que pintó en un cuadro monocromo. Antonio Darias, también de Sabadell, pintó un bello rincón de la calle Arcedianos, con la Catedral de fondo, que luego remató en la Plaza Mayor. Raquel del Río vino desde de Torremolinos, en Málaga, a Sigüenza, para pintar una porción del monte seguntino, con sus islotes de arboleda.

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