¿Sabes recibir críticas?

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¡Qué difícil es! Si ya es difícil hacer una crítica, y eso que en este último caso tú puedes elegir el momento de hacerla (¡puedes incluso ensayarla!), que decir si no dispones de esos recursos y encima aparece en un mal momento (lo que es bastante frecuente). Lo habitual es que reaccionemos de forma automática y, lo habitual también es, que ese tipo de respuestas contribuyan a complicar nuestras relaciones sociales más que a ayudarnos.

Veamos las más usuales:

1ª. CONTRATACAR: Es decir, criticar o descalificar al que criticó, y si es posible con mayor dureza que él. El resultado suele oscilar entre la pelea o el enfado.

2º. NEGAR ABSOLUTAMENTE LA CRITICA: Sin tener en cuenta si puede llevar parte de razón en lo que dice o no. Aquí están interviniendo viejas creencias del tipo: “debo parecer impecable ante los demás”, “cometer errores es fracasar”.

3ª. ACEPTARLA COMO VERDAD: sin analizar siquiera si estoy de acuerdo con ella o no, y sí interpretando el supuesto error como una muestra de mi poca valía. La consecuencia de este tipo de afrontamiento de la crítica tiene que ver con la tristeza, la culpabilidad y el ánimo deprimido.

Lo adecuado ante las dos primeras reacciones sería asumir que todo el mundo tiene derecho a hacer críticas, incluso a nosotros. En cuanto a la tercera sería bueno darse cuenta de que, mientras no se demuestre lo contrario, esa crítica solo expresa la opinión de alguien, pero no necesariamente la realidad. Teniendo esto claro ya no se percibirá la crítica como una amenaza ni, por tanto, se actuará a la defensiva.

Bien, y a partir de ahí ¿cómo responder adecuadamente?: Una estrategia consiste en pedir aclaración sobre la queja, es decir pedir que concrete lo que le ha molestado (¿a qué te refieres exactamente?, ¿podrías precisar que te disgustó de..?) Si uno se fija, un buen porcentaje de las críticas son ambiguas, imprecisas o descalificativos (¡no hay quien te aguante!, ¡eres un desastre!, ¡no sabes hacer tu trabajo!..). Al concretar podemos entender la naturaleza de la queja y con ello:

1º. Discernir si es una queja honesta (con ánimo de manifestar un malestar y proponer un cambio) o maliciosa (con el objetivo de humillar o castigar y en tal caso al pedir que se detalle el problema el interlocutor se verá en apuros).

2º: Una vez matizada la crítica sería positivo aceptar la parte de razón que pueda llevar el otro, si la hay, y razonar lo que no se piensa modificar.

3º : Negociar: sobre sus requerimientos y los nuestros de cara a encontrar alternativas para las próximas ocasiones

4º: Mantener la relación: es decir no generar tensión, continuar charlando de otros temas  habituales con esa persona, relativizar el asunto.

“Las críticas no serán agradables, pero son necesarias.”

Winston Churchill (1874-1965) Político británico.

Colaboradora. Ana Lizando

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